Un desfibrilador: cientos de vida a salvo

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El colegio Berriotxoa del barrio de Santutxu cuenta desde el pasado mes de abril con un desfibrilador en uno de los puntos principales del centro. Según cuenta el propio director del centro, Emilio de la Fuente, la misión educativa es hacerlo de forma integral, no solo transmitir conocimientos o educar en el conocimiento de competencias básicas; también hay que cuidar la salud de manera irrenunciable.

El dispositivo está situado en un pasillo al que es muy fácil de acceder, sin ninguna necesidad de escaleras. Además, es el lugar más rápido y más cercano a las instalaciones deportivas. Estos dispositivos tienen que estar en lugares de acceso al público, no en recintos cerrados, y el acceso al público tiene que ser un lugar suficientemente visible. Desde el momento que alguien abre la caja del dispositivo se alerta al 112. Y además, de forma automática, te dice también cómo tienes que empezar.

El Berriotxoa obtuvo en el pasado año 2011 la “Q” de plata y a raíz de ese momento vieron que era un ámbito que teníamos que afrontar. Hasta entonces los desfibriladores que había no garantizaban seguridad a los docentes. Es por eso que a través del director De la Fuente, el centro se puso en contacto con diferentes casas. Quisieron dar un paso más y decidir que lo que se hiciera fuera educativo y que de alguna forma tanto alumnos como educadores pudieran formar al resto de compañeros.

Aunque por la ley impuesta el pasado 2014 no era necesaria la colocación de este desfibrilador ya que en el Berriotxoa hay 1.600 alumnos, bien es cierto que en entradas y salidas pasan de los 2.000 de los que habla la ley. Es por eso que el centro decidió que era necesario contar con este dispositivo en sus instalaciones. Emilio de la Fuente, que había oído hablar de este modelo en concreto, se puso en contacto con diferentes empresas hasta que dio con una, implantada sobre todo en Cataluña. Tras establecer contacto, un responsable de la empresa visitó el centro y explicó su uso a educadores, entrenadores, monitores, gente de mantenimiento, etc. De tal forma que esas personas han recibido la formación y a la vez han formado a los diferentes equipos.

Por otro lado, otra de las cuestiones importantes, el colegio Berriotxoa es un centro de impacto social y de aporte al barrio deSantutxu y en este momento a nivel de lo que es el barrio es el único centro que tiene un desfibrilador de este estilo. Entonces, tener a 134 educadores, 35 de personal de comedores y 200 alumnos formados, hace un despliegue en el barrio como soporte de este tipo de cobertura sanitaria.

El director Emilio de la Fuente resalta sobre todo la “seguridad que da este dispositivo”. “Al final los niños están aquí un montón de horas y tienes que convivir con esas situaciones”, finaliza.

A nivel de Vizcaya, Metro Bilbao acaba de firmar un acuerdo y habrá un dispositivo de este estilo pronto en las estaciones de metro.

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